18/9/08

Plásticos elevan riesgos de padecer la diabetes tipo 2

De acuerdo a un estudio publicado por la revista JAMA (Journal of the American Medical Association), el bisfenol A (BPA por sus siglas en inglés), un componente químico utilizado para fabricar envases de plástico para comidas, bebidas e incluso, biberones, podría tener afectos adversos para la salud asociados con la diabetes, problemas cardiovasculares y alteraciones hepáticas, según EFE.

Ya en abril de este año, las autoridades canadienses declararon el BPA “sustancia peligrosa”, pero no prohibieron su uso porque los niveles de exposición actuales no son dañinos para el público en general.

La pesquisa fue realizada por investigadores de la Península Medical School de Exeter (Reino Unido) a partir de las muestras de orina recogidas por la Encuesta Nacional sobre Salud y Nutrición de Estados Unidos (NHANES) entre 1.455 adultos de entre 18 y 74 años.

Según el equipo británico, encabezado por David Melzer, más del 90% de los estadounidenses presenta altos niveles de exposición continuada al bisfenol A en sus casas y debido al consumo frecuente de productos cuyos envases tienen presente dicho componente. El BPA entra al organismo de las personas a través de los alimentos y líquidos que han estado en contacto con el químico.

De acuerdo al muestreo, los mayores niveles de concentración de la mencionada sustancia en la orina coinciden con un creciente índice de casos de diabetes tipo 2 y desórdenes cardiovasculares (anginas de pecho, problemas coronarios o ataques cardiacos). Según los especialistas, el riesgo de padecer estas enfermedades se incrementa en un 39% por la presencia de dicho químico en la micción.

Asimismo, en los casos más extremos el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares se multiplicaba por tres, mientras que el riesgo de sufrir diabetes era 2,4 veces mayor. Estas conclusiones se suman a las pruebas obtenidas en 2003, mientras se estudiaba el efecto que tenía el bisfenol A en ratones, alertando que causaba graves alteraciones hormonales. Por este motivo, tanto grupos ecologistas como asociaciones de consumidores de Europa, Canadá y Estados Unidos exigieron su prohibición.

A pesar de la alerta internacional, la Administración de Drogas y Alimentos de EEUU (FDA) sostiene que los envases de plástico que contienen el cuestionado material son seguros para la salud y argumentan que con los niveles actuales de exposición existe un margen de seguridad adecuado para proteger a los consumidores, incluyendo a bebés y niños.

Por su parte, los representantes de la industria de plásticos han criticado los estudios llevados a cabo en animales, alegando que éstos consisten en la inyección de altas dosis de BPA en ratas y, a juicio del gremio, en los humanos el químico se metaboliza y desaparece más rápido que en los roedores.

Paraguay desconoce riesgo

Mientras en el mundo los gobiernos y entidades han abierto los ojos ante los posibles efectos de los químicos presentes en los envases que almacenan alimentos, en nuestro país la realidad es otra. La encargada del Departamento de Envases y Embalajes del Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología (INTN), Alba Acosta, comenta que en Paraguay no se tiene ningún registro respecto a la cantidad de productos presentes en el mercado, cuyos envases contengan bisfenol A.

Según Acosta, la resolución Mercosur 2.404 estipula que el límite permitido en los plásticos es de 3 miligramos por kilo, sin embargo aún no se han hecho las mediciones correspondientes en el territorio nacional. Respecto a los envases proclives a contener BPA, la especialista asevera que los envases de policarbonato empleados en los bidones de agua mineral de 20 litros, pueden tener presentes partículas de dicho químico. En el caso de las latas de conservas, si éstas son recubiertas con barniz epoxi también pueden tener bisfenol A.

Los riegos que trae el bisfenol A

También conocido como BPA, este material se emplea en la fabricación de resinas y de plásticos que requieren dureza y transparencia. Los dos productos principales que los contienen son los policarbonatos -con los que se fabrican biberones y envases para líquidos y alimentos, CDs y DVDs- y las resinas epóxicas, que se usan en el recubrimiento interior de latas de conserva y de bebida, sellantes dentales, pinturas y adhesivos, entre otros.

Según el Journal of the American Medical Association (Jama), cada año se producen en el mundo más de dos millones de toneladas métricas de este químico. De acuerdo a los datos del 2003, la demanda crece anualmente entre un 6 y 10%.

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